miércoles, 23 de octubre de 2013

Como en el cine


Si me pongo a mirar la vida como si fuera una película, de a ratos me parece buena, de a ratos un bodrio. Por lo general anodina, con pequeñas variaciones que a la larga tienden a hacerse monótonas. Pero hay momentos, a veces días, en los que el director se encuentra en sintonía con las posibilidades del libreto y las de los actores. Un acorde perfecto que pocas veces se escucha. Es entonces que nos sentimos llenos de entusiasmo. La vida ha recuperado su sentido, todo parece iluminado y sin poderlo evitar nos lanzamos a bailar aquella música seductora.

Después solemos hacer amagues mentales como que estuviésemos logrando ese mismo estado mental, resonancia del alma, o cómo se llame... pero no es fácil. A quién pretendemos engañar? No nos podemos vender el cursito a nosotros mismos. Cuando te sentís muy bien, te sentís muy bien pese a quién pese. Pero no vale hacer fuerza para lograrlo. O, al menos, no basta con hacer fuerza bruta, que es la única que logro más o menos dominar... Tal vez una fuerza inteligente, bien administrada y especialmente dirigida en la dirección correcta...

¿Pero cuál es la dirección correcta?

He probado fijarme una imagen mental de lo que deseo, delante de mis ojos, como si fuera la zanahoria que le colocaron al burro. Teniéndola adelante, he pensado, tenderé, naturalmente a elegir las acciones adecuadas para llegar a su realización. O, tal vez, ejerza, de alguna manera que no llego a comprender, alguna clase de influencia sobre los aconteceres exteriores. Todas las religiones concentran su atención en algunas imágenes o símbolos a cuyo través, tal que fueran transparentes, ven una realidad perfectamente comprensible.

Pero termino por olvidarme

Otras veces he leído a Hoyo (será así que se escribe?) Entonces me he quedado como observador, lo del principio. Como si estuviese viendo una película...

Lo único que pretendo es que sea entretenida.

sábado, 19 de octubre de 2013

La sombra del ser

Ser o no ser, dijo el flaco Hamlet.
Pero si con decirlo quedara dicho, o hecho, dijo en otra parte (o algo parecido).

Pero ser qué?
O mejor dicho ¿Qué es ser?
ja ja (te lo dí vuelta)

Claro que se supone que quizo decir que hay que ser algo, posecionarse de un papel en este juego de la vida y jugarlo con todas las ganas. Jugarse.  Sudar tanto la camiseta si nos toca ser asesino de niños, como si nos toca ser Santa Tertesa de Calcuta.

Porque para otra cosa no serviremos.

Como un destino que nos da sólo dos opciones:

O ser quien de alguna manera ya somos... o ser nadie. Una especie de sombre de un ser.

sábado, 12 de octubre de 2013

En absoluto

Será que ese Dios quiere que no nombremos ciertas palabras o temas o cosas que ocurrieron alguna vez,  por alguna razón que nosotros estamos incacitados para comprender? O será no más, como dicen los impios, que con ese pensamiento nos hemos criado, por la gran influencia que las iglesias han tenido sobre nuestra cultura?

De que los humanods no estemos capacitados para entender las posibles razones de ningún Dios, pueden caber muy pocoas dudas. Pero al mismo tiempo ¿por qué no habríamos de poder pensar en todas las cosas y hacer lo que se nos antoje? ¿Qué servicio le brindaríamos a ese supuesto Dios con comportarnos de una manera tan ridícula?
¿O acaso él pudiera depender de nuestra ovediencia? ..o nuestra sumisión? No quiero cometer el pecado de imaginarme un Dios tan estúpido. Seguro que de existir habría de ser un ser un poco menos tarado.

Menos tarado que nosotros por lo menos, sin pedir mucho.

Pero de verdad para ser un Dios mismamente, el creador de todos nosotros... debería ser incomprensible para nosotros.

En absoluto.

(Cualquier cosa que se diga en contrario puede parecer un intento de manipulación colectiva)

viernes, 4 de octubre de 2013

Me dirán


Me dirán que estas son conversaciones al pedo, y puede que tengan razón. Que al pan pan y al vino vino. Que a cada cual según su trabajo, o su ganancia, o su merecimiento, qué sé yo... Tantas cosas que se dicen sin que nadie se detenga a pensar en serio, con honestidad frente a sí mismo y dejando de lado al enano fascista que todos llevamos adentro... nadie se detiene a escuchar... bueno muy pocos lo hacen. Los demás trabajan para ganarse el sustento y el de sus hijos. No tienen tiempo para ponerse a pensar si en realidad será tan importante mandar a los niños a tal colegio privado para que tengan mejores oportunidades en la vida.

¿Mejores oportunidades que quienes...?

No se dan cuenta que viven en una guerra constante para impedir que los de abajo puedan subir ningún pequeño escalón antes de que ellos logren subir uno más grande.

Eso hemos mamado desde la cuna ...o será parte del instinto animal trasmutado en consigna colectiva?

Se podrá cambiar eso?

jueves, 3 de octubre de 2013

O: La digna interrogación






El signo de interrogación tiene forma de oreja para que cuando preguntes te acuerdes de escuchar la respuesta…
 O acaso osas, vil sujeto, preferir la falsa respuesta que tienes grabada en el corazón de tu cobardía?


-Ja, y lo terminó con un solo signo de interrogación, a la inglesa.

-¿Quién los viera? El profesor  y  el juez  de buenos modales.

-No. Se trata de la dignidad.

-Pfff ¡!!¡

-¿De buenos modales…?

-Si sos indigno, nunca podrás entenderlo.

-¿Indigno de qué?

-Indigno. Carente de dignidad…

-Pero qué mierda es esa dignidad. De cual dignidad hablamos?

-Cualquiera lo sabe. Todas las personas dignas lo saben… hasta sospecho que vos también.

-Puta, y ahora me sobornás?

-Lo dije como reconocimiento no veo qué soborno…….?

-Me concedés la famosa dignidad a cambio de que no la ponga en duda.

-No te entiendo.

-Será porque soy indigno. No creo que los dignos puedan entendernos.