lunes, 4 de mayo de 2015

...libertad...


Libertad

Yo quise ser prudente, no adelantarme, escuchar una a una cada palabra del ciudadano, extraerles el sentido e ir acumulando en memorias separadas (pero relacionadas) los distintos conceptos, las argumentaciones en falso y los totales disparates.
 Las respuestas debían ser elaboradas en una segunda instancia, ya con todos los datos sobre la mesa... pero fueron tantos y tan grandes los disparates que decía aquel hombre que... bueno, me fui al carajo! De pronto empecé a sentir que aquello no merecía tanto respeto, que el mismo no se lo tenía y que yo... ¡Pero el tipo no se callaba! Y eso me estaba empezando a hervir la sangre e hinchar las pelotas de una manera fatal.
Tomé la guía telefónica que tenía al lado y se la reventé en la cabeza. ¡Que venga a decir que en este país no hay libertad de expresión...!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario