jueves, 23 de julio de 2015

El viejo buzón

En la esquina en que yo tomo el ómnibus  ha quedado olvidado un viejo buzón.  Ha de ser el único que queda en toda la ciudad, pero no único sólo por esa extraña condición (de haber sido olvidado por el municipio). Este buzón es filósofo
Estaba el otro día en la parada. El ómnibus tardaba en pasar y yo, de espaldas me había recostado a él. Fue en ese momento que comencé a escuchar su conversación, hablaba del Universo. Decía que los científicos y los filósofos siempre le habían concebido como un sistema racional dentro del cual una serie de reglas daban de resultado qué cosas eran posibles y qué cosas no. Ja ja- se rió entonces el buzón--- ¿no se han dado cuenta los humanos ni  siquiera mis colegas los filósofos, que el Universo no existe como Universo, ese nombre ridículo que le han dado para decir que es uno, que es una unidad armoniosa? ¡No señores...! Eso que ustedes llaman Universo es una cosa muy perversa y caprichosa que cambia las reglas cada vez que quiere, si es que quiere, si es capaz de tener algún propósito. El Universo no existe como tal. Pero hay algo, sí, hay algo...

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